viernes, 28 de septiembre de 2012

LA CUESTIÓN FENICIA

Hablemos de la cuestión fenicia.
Hace días que se ma ha metido este término en la cabeza y cada vez lo veo más adecuado a mis circunstancias.
Mi Devonshire recién terminado. En gris, claro.
¿Qué es la cuestión fenicia?
Si queréis la definición de una experta, preguntadle a mi  ponderada, admirada Antonia San Juan (su Estela Reynolds es lo más hilarante que veía hace tiempo, echadle un vistazo). Que por cierto, buscando enlaces de esta mujer en youtube, causalidades de Jung, encontré éste, donde sorpresivamente me encuentro con que en su día presentó una colección de bolsos y no sólo eso, sino que además la muchacha también ha hecho broches y cosillas así. 
Estela tomando un baño relajante
Bien,  la San Juan habló en su momento de su falta de aptitud en relación a las cuestiones monetarias. Decía que ella sólo sabia ocuparse de la faceta artística, y que por eso estaba tan feliz de haber encontrado a su marido, porque al ser él más experto en "cuestiones fenicias" habían constituido una sociedad perfecta tanto en lo profesional como en lo personal.  Me hizo tanta gracia la frase que la adopté enseguida. Entre otras cosas, porque a mí me pasa exactamente igual. No me cuesta hablar de dinero, no me cuesta gastarlo ni darlo, pero el tema de poner precio a mi trabajo...ah, eso es otra cuestión.  

Por otra parte hay otra vertiente de la cuestión fenicia, la ¿logística? ¿práctica?, no sé bien cómo denominarla.  
Supongo que ya vais viéndome venir y sabréis que quiero abrir un chiringuito en Etsy o DaWanda o donde se tercie pero...me está costando atreverme. y no por el tema técnico, no es algo que no domine, sino por la simple y cruda realidad de mi maldita falta de autoestima. ¿Cuánto vale una hora de mi tiempo? ¿Cuánto merezco por una jornada entera cosiendo, pintando, tejiendo, pensando? ¿Cuánto cuesta una chaqueta como la que acabo de hacer?
En este momento no creo que a nadie le interese mucho lo que hago. Es una mala racha quizás, pero de momento, ya lo sabéis, estoy paralizada.
Y eso repercute en mi "cuestión fenicia".  Como no me ponga las pilas, no me comeré un colín. Ni ahora ni dentro de un año. Ni con esto ni con otra cosa.


 

Está claro que necesito asesorarme. Pero qué queréis, esto más que harta de que me recomienden libros de autoayuda tipo "Sé tu propio jefe" "Encuentre tu talento oculto y gane millones", "Usted puede ser un Pez Gordo". 

Qué pereza, por Dios!



Esta mañana, he visto que la persona que decidió mi despido miraba mi perfil en Linkedin. ¿Para qué? Seguramente para asegurarse de que no he encontrado nada en 9 meses. Me guardaré mi opinión sobre esta gente. Me cuesta un gran esfuerzo, pero en este momento no quiero guardar rencor. Ójala le vaya bien y sepa utilizar no sólo la cabeza, sino también la conciencia y el corazón a la hora de gestionar.

Quizás por haber visto esto que os cuento esté esta mañana con el aura un poco más negra y los chakras "desalineaos". Disculpad pues mi mal humor. Mañana será otro día. Espero.

Amanecer de ayer. El de hoy ha sido lluvioso.
 Abrazos para tod@s.


lunes, 24 de septiembre de 2012

EL CORREO DEL ZAR

Los que me conocen saben mi adoración por Les Luthiers.
Estos días, por lo demás bastante grises (que según he oído "el gris es el nuevo negro", así que voy a la moda), he vuelto a revisar, escuchar y solazarme con alguno de sus espectáculos. Así, llegué a una de mis escenas favoritas de larguísimo e hilarante título: "El Zar y un Puñado de Aristócratas Rusos Huyen de la Persecución de los Revolucionarios en un Precario Trineo, Desafiando el Viento, la Nieve y el Acecho de los Lobos (fuga en Si-beria)". En ella, aparece Carlos Nuñez como el correo del Zar, montado en su mandocleta y entonando la cancioncilla que me hizo desempolvar por un momento mi humor más negro: 





"Soy el correo secreto del Zar,
voy desafiando la nieve y los rigores.
Llevo las noticias a duras penas
algunas noticias son malas,
y otras son...peores!"







En el fondo a veces es mejor tomarse las cosas a broma. Es cierto que las cosas están mal y que probablemente irán a peor, pero tengo un puñadito de personas que me quieren y a las que quiero, y tengo uñas y dientes para luchar y boca para hablar y manos para trabajar, y ya es bastante. 

He estado estos días tocando madera, literal y metafóricamente. De momento esto es lo que he sacado en claro.
Son asas para bolso en okume, o lo que es lo mismo: madera contrachapada, y lo cierto es que llevan su trabajito.
Hay que fresar (en tiendas especiales), y es lo único que no he hecho personalmente, porque luego hay que desmoldar, lijar con lija de varios grosores, pintar, decorar, barnizar con un barniz especialmente resistente y dejar secar al menos 48 horas. 
Así las traje de la carpintería
Puestas a secar y cuidadito con tocarlas!
 

El proceso es largo y costoso, pero al final creo que el resultado es bastante original y lleno de posibilidades. 






Todavía tengo pendiente otra remesa, esta vez de las sencillas como las magenta que veis abajo de los gatos.


Espero que os gusten, o por lo menos que os resulten originales. Intentaré coser algún bolso, pero realmente no es lo que más me gusta hacer. Creo que las venderé tal cual ¿vosotr@s creeis que tendrían mercado en Etsy por ejemplo? Supongo que podrían tener su público...





Por hoy ya son demasiadas "emociones", necesito coger impulso poco a poco, así que mejor me voy despidiendo.
Por cierto: besos para Ainhoa, Amparo, María, Yoly, Doe, Esther y mi querido Guarrina.







Feliz lunes para tod@s. 




martes, 11 de septiembre de 2012

ARAÑANDO PARA SUBIR

 


Descansando de mí misma un tiempo más.
Pero poco tiempo más.

Incluso en el fondo de un pozo hay un poco de luz cenital y se puede seguir trabajando, aunque a menor ritmo.

Si seguís ahí cuando regrese, creo que esto volverá ser lo que era, o al menos será una cosa distinta pero será algo, que siempre es mejor que nada.

Abrazos para tod@s.